Una caja de cartón para empaquetar mi software

 

Es un día laboral cualquiera, la zona semi céntrica de la ciudad tiene el ritmo acostumbrado. Me resulta raro a mí, ya que ocupo entre diez y doce horas diarias en programar en casa. Por estos días trabajo en forma free lance y solo concurro a la Facultad a dar clases. O sea, no suelo transitar por estos lados a estas horas. El negocio, una cartonería; mi objetivo, comprar una caja de cartón corrugado para empaquetar el sistema de instrumentación biomédica, desarrollado por quién les cuenta y un par de socios. Este consiste en una aplicación desarrollada en Bordland C++ 3.1 para la adquisición de datos y monitoreo de señales electroencefalográficas, desarrollado para plataforma Windows 3.1. Los materiales a empaquetar son un par de diskettes de 3.5 pulgadas, un manual de usuario y un módulo de electrónica. La empleada que me atiende pregunta el destino de la caja y aparenta entender. Sé que acostumbrada a clientes con productos como prendas de vestir bebés, bijouteri y quizás algún regalo de casamiento, ignora de que le hablo. A los cinco días retiro mi caja, la rotulamos con etiquetas impresas para la ocasión, al igual que los diskettes. Retiramos del comercio de impresiones el manual de usuario, mientras terminamos de hacer los últimos test a nuestro programa y calibrar el hardware. Casi un año de desarrollo caben en apenas una caja de cartón de 20 cm x 20 cm x 15 cm. Al decir de Frederick Brooks, en su " The mythical man month" , estábamos frente a un Programa Producto. Todo había comenzado un año antes con el relevamiento de los requerimientos del sistema en cuestión.
Unos diez años después .... me encuentro trabajando como programador señor en una empresa multinacional. El proyecto es una aplicación enterprise implementada con varias tecnologías (CORBA, Tomcat, C++, Java, Oracle, Sysbase). El grupo de desarrollo está integrado por diez personas, cada una de ellas ha contribuido de una u otra forma en el diseño y programación de alguna parte del sistema. El proyecto tiene ya tres años de vida y en los últimos meses aumentó la presión porque un importante banco de una potencia de Europa ha comprado el producto y se debe instalar en sus oficinas. A medida que pasa el tiempo me convenzo que no será posible cumplir con las fechas acordadas. Pienso y repienso la razón que hace que mis colegas no coincidan conmigo. Entonces repaso sus antecedentes y veo que son todos ellos excelentes programadores que han cambiado su trabajo en los últimos años. Las condiciones del mercado laboral en el país han hecho que transiten por distintas e importantes empresas y por grandes proyectos. Sin embargo, ninguno ha participado de un proyecto completo, de punta a punta.
Entonces, recuerdo mi caja de cartón y por un momento me parece entender todos los por qué.

Guillermo Pantaleo, noviembre de 2002.

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