Asuntos de interfaz

 

Hay veces que el negocio al cual nuestro sistema está orientado es perfectamente modelado; y que la implementación de nuestros subsistemas es realmente buena desde el punto de vista del re uso, la escalabilidad y el mantenimiento. He visto de estos casos en que todo parece planeado y desarrollado a la perfección. Casos en que ningún detalle parece haberse escapado. Cuando se presenten esas situaciones, nunca está de más preguntarte... chico, ¿ qué es de tu interfaz de usuario?
Alguna vez creo que conté del desarrollo de un sistema para administrar una sala de bingo. Entre sus interfaces de usuario, descubrí algunos de los aspectos que me llevaron a la recomendación anterior. La computadora que controlaba la máquina de juego ( motor paso a paso, aspiradora de bolas, carteles indicadores y proyección de video) y la partida de juego (en tiempo real); era manejada durante una partida por un operador. Éste digitaba los números que iban saliendo en secuencia. Era tan rápido para realizar esta tarea que mi sistema tuvo que ser modificado. Tuve que cambiar por una alternativa más eficiente algunas de las partes ya diseñadas, sino, los carteles indicadores así como las terminales remotas de juego recibían la información de los números digitados por este señor con retrasos. Esto impedía que los jugadores pudieran seguir el juego con información actualizada. Mi desafío fue optimizar los algoritmos de seguimiento de la partida para que entre cada número digitado, el sistema pudiese realizar las tareas de publicación de la información mencionada. Hasta que mi sistema no cayó bajo los dedos de este operador, éste era un ejemplo de diseño e implementación. Olvidé hacerme la pregunta que estoy recomendando. Conclusión, investigue las habilidades de sus usuarios cuando releve los requerimientos.
Y aunque ese problema pude resolverlo, tiempo después apareció otro más que interesante. Las doce terminales remotas se alquilaban a un determinado precio a jugadores compradores de varios cartones por partida. Estas terminales ejecutaban un algoritmo de seguimiento de la partida y detectaban las tres, de todas las tarjetas adquiridas, con mayor probabilidad de ganar. Es decir, funcionaban como una ayuda para los jugadores. Les recuerdo que cuando se completa una línea en un cartón o cuando se completa un cartón, el jugador debe cantar "línea" o "bingo" y así ganar. De no hacerlo, y ante el próximo número, si otro jugador canta su logro, el anterior lo perdió. Es decir, hay que ganar, darse cuenta de ello y hacerlo saber.
Debido a determinados requerimientos fijados por el cliente, era necesario poder bloquear el funcionamiento del equipo desde una de esas terminales. Creo que estaba orientado a situaciones extremas en las cuales podía ser necesario inutilizar el sistema. Para ello mi sistema leía el tecladito de las terminales y ante una secuencia de seis caracteres realizaba esta operación. La próxima partida no podía generarse, pues el sistema se bloqueaba y mostraba un mensaje al operador, "Sistema inhabilitado, consulte al fabricante".
Los usuarios de estas terminales solo usaban el tecladito para ingresar el número de sus tarjetas de juego. Nunca sospeché que podía haber alguno aburrido durante una partida, que trataría de matar su tiempo toqueteando el tecladito. Resultado, el teléfono de mi oficina sonó una noche registrando una llamada que pedía hablar con el fabricante. Conclusión, no subestime a un usuario aburrido y codifique claves mucho más largas de seis caracteres.
En otra oportunidad desarrollamos un sistema de telefonía pública para ser manejados por operadores de una empresa de un país de Latinoamérica. Estos operadores, hasta el momento de la instalación de nuestro sistema, operaban centrales telefónicas analógicas con las clásicas clavijas y auriculares. Muchos de ellos no habían visto una computadora en su vida y mucho menos la habían utilizado. Fue decepcionante ver que los operadores observaban con cierto temor a ese periférico llamado "mouse" y no solo no se animaban a usarlo sino que directamente lo rechazaban. Conclusión, investigue quiénes serán los usuarios de su sistema, que formación poseen, qué tareas y de qué forma las realizan.
Un sistema de mapeo cerebral es un sistema que, basándose en la distribución de potencia en el espectro de frecuencias de señales electroencefalográficas, muestra una representación gráfica de esta distribución. Dicha información se codifica en una escala de colores desde la mayor intensidad en rojo, hasta la menor en azul, pasando por los naranjas, amarillos y verdes. La idea es que la escala debe estar compuesta por colores que hagan, de la misma y por consiguiente de los gráficos, una superficie cuyo gradiente de cambio muestre la tendencia de las distintas distribuciones en los veinte electrodos que cubren la cabeza del paciente. Si los colores no son bien elegidos, las imágenes son confusas para realizar un análisis visual. Usamos en aquella ocasión un algoritmo de selección que, de la paleta de colores elegida, seleccionaba colores con algún criterio predeterminado. El médico gerente del proyecto y dueño de la institución que contrató el desarrollo del sistema nunca estaba de acuerdo con nuestra escala de colores. Tiempo después, terminado el sistema y luego de infinidad de pruebas de escala de colores, durante un workshop de neurología mientras hablábamos en un intervalo, me contó que era daltónico.
Conclusión, las interfaces de usuario de los sistemas de software suelen esconder problemas que deben ser detectados a tiempo para darles una solución temprana y acertada. Problemas que van más allá del look & feel y la buena presentación. No olvides entonces, llegado el momento, de preguntarte ... chico, ¿ qué es de tu interfaz de usuario?.

Guillermo Pantaleo, septiembre de 1995.

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